sábado, 15 de noviembre de 2008

A “PEPE CHITO”, EN TIERRAS VALENCIANAS
NO te esfuerces, Pepe, Augusto Rodríguez no coincidió contigo en una “banca” de la escuela de Don Eladio o de Don Serafín, ni tampoco jugó al repión en tu calle a los bolindres en el callejón de las cruces. Él es mayor que tú y que yo, no mucho, pero algo sí. Ten en cuenta que cuando se es niño o se está en edad de merecer, dos años más o menos es toda una vida.

Te haré una breve semblanza de este singular personaje. Nace y crece en el campo, entre las laderas y las fragas de La Lapa, pasando por las Tapias, El Matorral y las Mesas.

Fueron muchos hermanos, educados todos ellos en el amor al trabajo, el respeto a dios y la devoción a nuestra Patrona y a la Virgen de Roca-Amador, sin olvidar a nuestro santo patrón, que oliendo a aceite nueva y a las puertas de la “Pura”, se celebra cada alo en los últimos días de Noviembre.

Hace el servicio militar en la Marina, como dios manda. Y cuando regresa de San Fernando se da cuenta que a pesar de que nuestro pueblo nos obsesiona insistentemente en la distancia, no nos ofrece futuro y decide probar suerte ingresando en la Benemérita, una vez que Don Paca le puliera los defectillos propios que se oponían al “Miranda Podadera”.

Anteriormente le había puesto os puntosa un guayabito de la calle de San Juan, Adela, a la que en términos coloquiales de la juventud de hoy, se liga. Y, claro, como no podía ser de otra forma, van al altar donde Don Horacio, creo que fue él, le hecha las bendiciones que manda la Santa Madre iglesia. Hubo de todo, perrunillas, madalenas, gañotes y finalmente el consabido y bien degustado arroz de casamiento, te acuerdas Pepe del aroma y del sabor del arroz de casamiento…?

Después al mundo, a vivir y a salir adelante, arrastrando el “chopo” y esa entrañable etiqueta de… “el honor es la principal divisa del Guardia Civil…”

Tres hijos tienen. Maravillosos, como él y como Adela, con carreras universitarias, fruto del tesón familiar y del esfuerzo de los chicos.

Cuando he tenido ocasión de observarlos unidos, comportarse padres con hijos y viceversa, no he podido reprimir un fugaz sentimiento de insana envidia, al comprobar la sincronización perfecta de dos generaciones, basadas en el recíproco respeto.

Y este es Augusto, ejemplo calor de los muchos “augustos” que soportando sobre su alma la nostalgia marocha, han salido de Encinasola, y no por ser más anónimos son vidas menos apasionantes y, sobre todo, los más merecedores de nuestra admiración y de nuestro mayor cariño.

¡Ah! Se me olvidaba decirte, Pepe, que el mote de Augusto es “Pego" por parte de madre y “Venega” o “Moreno” por parte de padre. Vivía en la calle Jerez y su padre era primo de tu madre, de la tuya. Busca, húndete en las raíces de tu árbol, que algo encontrarás.
¿Qué por qué sé todo esto? Elemental, da la agradable coincidencia de que el padre de la persona que nos ocupa y el mío eran hermanos. Eran de note “Venega” o “Moreno”.
Un abrazo Pepe “Chito”, y a ver si nos vemos algún día.

“El Picón”, Núm 11, Diciembre 2000


José Rodríguez Vázquez
NOTA.- Es evidente que este artículo salió de la pluma de mi buen amigo, pariente y compañero, José Rodríguez. Lo he incluido entre los míos porque está relacionado con mi carta a Augusto.

No hay comentarios: